Hubo un nuevo cambio de idea. Por consejo de la profe respecto a la idea anterior, quise darle mas importancia la diferencia o a la mezcla de texturas en una misma superficie, en vez de solo sentir una, ya que pasaría algo similar que en la primera idea, porque no produciría un desconcierto en el que la toque.
Pensé entonces en utilizar un pedazo de tejido de lana de piel de conejo angora que tengo desde hace años, y camuflar entre los largos pelos de este, distintas texturas y consistencias (como pegajoso, puro, húmedo, etc.) para producir una especie de encuentro sorporesivo o decepción ante la idea inicial de acercarse a tocar algo blando y suave, y encontrarse con cosas inesperadas (solo a la hora del tacto).
la sensación producida al tocar esto me recuerda a una especie de trauma que me quedó después de estar nadando en el mar y pisar inesperadamente un erizo, lo cual en un principio sentí como si se hubiera tratado de un montón de plásticos, metales o basura de distinto tipo en el fondo del mar, tan suave y cálido.
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